Año de Construcción
2000-2002
Ubicación
Yokohama, Japón

Introducción

La Terminal Internacional de Pasajeros de Yokohama es la mayor Terminal marítima del Japón. El creador de esta obra es el estudio inglés FOA, integrado por Alejandro Zaera Polo y Farshid Moussavi.

En 1994, los arquitectos ganaron el concurso para la terminal casi sin proponérselo. Previamente, las ideas de este joven matrimonio habían seducido a los directivos de la Architectural Association de Londres, donde daban clases. Las autoridades les ofrecieron publicar su proyecto más innovador y la pareja decidió diseñar la terminal de pasajeros para experimentar sus ideas y luego publicar el proyecto.

El trabajo de Zaera Polo y Moussavi se impuso a otros 660 proyectos presentados, entre ellos los de grandes de la arquitectura como Dominique Perrault y Richard Rogers. Entre el jurado se encontraron personalidades como Arata Isozaki y Toyo Ito.

Para desarrollar el proyecto, los arquitectos utilizaron modelos virtuales en tres dimensiones.

Situación

La Terminal se encuentra en la ciudad japonesa de Yokohama, junto al parque municipal de Yamashita. Se sitúa en el límite entre la tierra y el mar, al borde de la bahía, eliminando el límite entre ellas.

Concepto

La Terminal no tiene la imagen de un edificio tradicional. Es un muelle ondulado que se mete en el mar.

Los primeros acercamientos al proyecto mostraban a la terminal como una extensión del vecino parque municipal Yamashita. Luego, el objetivo se volvió más ambicioso: convertirla en una interfase entre el océano abierto y el denso conglomerado que forman las ciudades de Tokio y Yokohama juntas, que ayude a conectar con plataformas. La solución fue hacer un edificio achatado y ondulante en el que se confunden la planta baja, la terraza, el exterior y el interior.

Se trata de una propuesta urbana. No es únicamente un edificio sino que es una parte fundamental de la ciudad, del espacio urbano.

La función de la plaza / terminal no es simplemente organizar los flujos, sino también configurar un campo de intensidad urbana mediante la ampliación de múltiples caminos y direcciones.

La Terminal parece una ballena. Desde el interior, la sensación es estar dentro de un animal prehistórico, donde puede verse su esqueleto.

Espacios

El muelle-edificio tiene 70 metros de ancho y se mete 430 metros dentro del mar. La altura total es de aproximadamente 15 metros.

Es una construcción sin fachada reconocible, donde las paredes se mezclan con el suelo, las columnas brillan por su ausencia y el suelo se convierte en techo, tan pronto como el interior pasa a ser exterior. Los arquitectos se propusieron hacer del edificio una continuidad del suelo urbano y, para eso, le dieron la forma de una suave lomada que crece paulatinamente en altura a medida que se adentra en el mar. Así, las ondulaciones en la topografía constituyen el edificio, los límites se diluyen y el techo se pliega tomando distintas formas. La superficie del suelo se dobla sobre si misma, formando pliegues que producen y contienen los caminos que atraviesan el edificio. El individuo se mueve en distintos planos.

El nivel superior de la terminal es una terraza de madera que sirve para pasear y disfrutar de la escena marítima compuesta de barcos atracando con pasajeros subiendo o descendiendo. La actividad principal del edificio se desarrolla debajo de la terraza, donde funcionan las salas de arribos y partidas, las áreas de reuniones y las esperas, restaurantes y locales comerciales. En un nivel más bajo se esconde el estacionamiento y la sala de máquinas.

El plano del suelo no solo cumple su papel de superficie de apoyo sino que pasa a conformar el espacio. De esta manera, en varias oportunidades el suelo se convierte en pared o sube para formar planos inclinados y escalinatas que vinculan el interior y el exterior. Un total de 10 rampas conectan los tres niveles.

Para el público, entrar a la terminal es una experiencia infrecuente: es como estar dentro de una enorme criatura prehistórica. El techo del hall principal parece un pesado esqueleto que contrasta, por su escasa altura, con el enorme ancho y largo del ambiente. Las actividades más específicas funcionan en cajas separadas del techo, como si fueran los órganos internos de un animal gigantesco.

El espacio es sumamente dinámico, fluye en todas las direcciones. Los detalles de diseño también colaboraron para darle dinamismo al edificio (las maderas del suelo, los pasamanos y la constante visión del mar).

Con la intención de extender el vecino parque municipal cercano al muelle, los proyectistas plantaron césped en el techo de la terminal.

Materiales

Se utilizaron materiales similares a los de un barco, con estructura de chapa de acero plegada y cubierta de madera que se adapta a la topografía.

Estructura

Se trata de una estructura de grandes luces. Como el sistema estructural prescinde de las columnas, es el techo el que se pliega y toma distintas formas para salvar las distancias entre apoyos.

La estructura está formada por largas piezas de acero colocadas muy juntas y, como el ambiente es relativamente bajo, el efecto óptico que producen es inusual. A diferencia de Yokohama, en la mayoría de los edificios con estructuras para grandes luces la altura también es grande. Aquí las vigas están muy cerca del observador. Sin embargo, el espacio es dinámico.

Vigas Cantilever de más de 14 metros de altura que contienen todos los niveles del edificio, salvan la distancia entre el muelle y una serie de pilotes ya existentes.

La superficie del suelo también se dobla sobre sí misma, formando pliegues que proporcionan resistencia estructural. La envoltura constructiva y la estructura portante se fusionan formando una sola cosa.

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