Arquitecto
Año de Construcción
2007
Ubicación
Porto Alegre, Brasil

Introducción

El museo para la fundación Ibere Camargo fue un concurso ganado por Alvaro Siza para exhibir la colección del más importante pintor expresionista de Brasil.

El edificio de cinco pisos posee amplios y flexibles espacios de exhibición, un auditorio para trescientas personas, espacios para la administración y para talleres, un estacionamiento para cien vehículos y una librería financiada con capitales corporativos.

Ubicación

Porto Alegre, con una población de 1.5 millones de habitantes, es la capital del estado que está al extremo sur de Brasil. Este estado se encuentra apartado del resto del país no sólo por la distancia sino también por la inmigración europea que tuvo y por la cultura gauchesca que comparte con sus países vecinos, Argentina y Uruguay.

Como en tantas otras ciudades brasileras, el reciente aumento masivo de los edificios de viviendas, construidos de acuerdo con códigos de planificación modernos, ha cambiado el paisaje urbano. Muchos de los edificios antiguos son preservados, en particular aquellos que representan las diferentes instituciones de la ciudad, como la catedral, los museos y las universidades. Hoy en día los arquitectos globalizados son muy comunes pero la cultura brasileña no se ha mostrado dispuesta a recibirlos y ha defendido su mercado promoviendo la identidad del país.

Concepto

El museo es el primero de Siza en Brasil y probablemente el más icónico. Él no ha hecho nunca edificios que sobresalieran del entorno y el paisaje ya prefiere integrarlos al mismo. El emplazamiento de las obra demandaba una manifestación más poderosa ya que se ve desde la distancia a través de las carreteras o del agua. Es un enfoque similar al de los edificios públicos de Niemeyer en Brasilia.

Siza mezcla elementos brasileños con la actual estética arquitectónica europea. Las rampas y las ventanas de la fachada de concreto monolíticas son semejantes a los puentes y a las pequeñas e irregulares ventanas del centro cultural Sesc Pompeia de Lina Bo Bardi.
Los bordes precisos y pulidos, el diseño irregular de las ventanas y las extremadamente complejas rampas que flotan libremente y se entrelazan con las paredes del pórtico son elementos típicos de la estética europea de extraña y compleja geometría, en este caso jugando con los dobleces y entretejidos.

El edificio se emplaza cerca del río Guaiba, enfrentando al poniente –una de las orientaciones características de Porto Alegre, famoso en Brasil por sus puestas de sol en el agua de su amplio puerto fluvial–. El sitio era una cantera abandonada que la ciudad entregó a la Fundación; el edificio se construyó contra el vacío de la cantera, pero cuidando de no aumentar el corte en el cerro. Su nivel inferior se construyó bajo la cota natural de terreno: el estacionamiento está bajo la calle vecina.

Como estas decisiones dejan el edificio más abajo del nivel del río, un canal de doble pared, entubado, rodea la planta más baja para evacuar agua en caso de inundaciones.

El proyecto plantea la apertura controlada de vanos dispuestos estratégicamente, una de las constantes en la obra de Siza. Las ventanas son deliberadamente pequeñas en la asoleada fachada poniente, disponiéndose grandes paños vidriados hacia la sombría ladera que respalda el conjunto y que sirve de fondo a un café, algunas galerías y talleres.
La vista del río, a pesar de ser magnífica, se ha controlado para no convertir el museo en un mirador, como ocurrió con el edificio de Niemeyer en Niteroi.

Ecología

Otro aspecto al que se le ha dado gran importancia en el marco del proyecto es el cuidado del medio ambiente, tanto dentro como fuera del museo. Especialmente importante es la reutilización del agua de lluvia en los baños y otras instalaciones, agua que, tras ser procesada en una estación de tratamiento de residuos sólidos y líquidos, es usada para regar la vegetación del entorno. La vegetación nativa va a ser preservada, y se planea un sendero de 200 metros para que los visitantes puedan apreciar la naturaleza del lugar.

El museo es un tipo de «casa inteligente», con sistemas de ventilación y control de temperatura y humedad computarizados: por ejemplo el sistema de aire acondicionado produce hielo de noche, cuando la energía es más barata, para refrigerar los ambientes durante el día.

Espacios

A pesar que la imagen de un museo con un gran vacío vertical y circulaciones en rampa inmediatamente remiten al Museo Guggenheim de Nueva York de Frank Lloyd Wright, Siza ha separado las circulaciones y promenades de los espacios de exhibición: las galerías tienen planta en forma de L y se conectan a las rampas en sus extremos, y las circulaciones son espacios amortiguadores entre pisos o exposiciones diferentes, totalmente separados del contenedor de arte.
Al entrar al museo, pasando bajo estas magníficas pasarelas, el recorrido atraviesa el atrio principal para llegar al piso más alto a través de un ascensor, y luego atraviesa alternadamente las galerías interiores y las rampas cubiertas, comunicadas con el exterior por pequeñas lucarnas o vanos que entregan vistas del lago y del centro de la ciudad, en un ciclo que se repite cuatro veces hasta volver al nivel de acceso.
Esto genera un ritmo de intervalos entre las salas, conectadas visualmente al área de talleres para permitir a los visitantes ver el proceso creativo de los artistas residentes

Estructura

Estructuralmente, el conjunto se equilibra con un gran balance en la cara opuesta, siendo el cuerpo del edificio propiamente dicho, su contrapeso. Visualmente, sin embargo, desequilibra la percepción de las rampas que arrancan y llegan a un mismo punto, ilusión ofrecida por su pie derecho doble y por las ideas de Siza, sensible a la cultura brasilera.

El edificio se inserta en la pendiente de la montaña, sobre la cual se encuentra incrustado rugosamente, resolviendo el vacío generado por una antigua cantera.

Materiales

El hormigón blanco empleado en la construcción es un material inusual en este contexto, y ha sido interpretado de múltiples maneras por los medios: resultante de una mezcla de cemento y polvo de mármol blanco, fue preparado in situ.
Siza ha usado cualidades funcionales del material para explicar ciertas decisiones proyectuales; los medios locales enfatizan sus propiedades físicas, que redundan en una fácil mantención y resultan apropiadas para un edificio orientado al poniente en un clima extremadamente asoleado, una de las preocupaciones constantes del medio brasileño.
Tiene las cualidades de una superficie blanca abstracta pero al mismo tiempo el espesor propio de su material, evidenciado en la modulación de los moldajes. Inusual para la realidad local, la totalidad de sus muros fue aislada térmicamente. Los pavimentos de madera clara, mármol blanco y los muros acústicos de enlucido blanco, todos característicos de la obra del portugués, son instalados cuidadosamente.

Planos

Fotos