Embajada de Holanda en Berlín
Introducción
La embajada de Holanda en Berlín fue diseñada por Rem Koolhaas y su estudio OMA tras ganar en 1997 el concurso para construirla.
Después de la destrucción de la antigua embajada durante la Segunda Guerra Mundial y tras la caída del muro, construir una nueva sede en la ciudad para el Ministerio de Asuntos Exteriores holandés significaba un gran paso diplomático. La elección del solar junto al río Spree, con la intención de emular el paisaje de canales típico de Holanda, y de Koolhaas, uno de los arquitectos que participó como jurado en las comisiones de trabajos para el desarrollo de Postdamer Platz y Leipziger Platz; son la representación del cuidado con el que este trabajo ha sido realizado. Se dice que con esta obra, Koolhaas terminó de sellar el rol de canciller arquitectónico de su país.
En 2005, el holandés gana el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea “Mies van der Rohe” disputado entre un total de 242 proyectos. Entre los 5 finalistas, figuraban también el Estadio Municipal de Braga, proyecto de Souto de Moura; las oficinas centrales de Swiss Re en Londres, de Norman Foster; los Grandes Almacenes Selfridges & Co. de Birmingham, de Jan Kaplicky; y la explanada y planta fotovoltaica del Forum 2004 de Barcelona, de los españoles Martínez Lapeña y Torres Tur.
El jurado, entre quienes se encontraba la reconocida arquitecta Zaha Hadid, destacó de la obra ganadora, la estrecha relación con el entorno y su reconceptualización de la noción de embajada. Koolhaas subrayó que «no es un proyecto espectacular, sino modesto, severo, que parte del supuesto de que Holanda ha sido tradicionalmente un país pacífico, que ha vivido con agonía las guerras a lo largo de su historia y que establecía ahora su embajada en una ciudad como Berlín tan envuelta en la guerra». Koolhaas precisó que «la rigidez de las autoridades urbanísticas del antiguo Berlín Occidental nos alejó del proyecto en un entorno típico de barrio de embajadas, y en cambio tuvimos la suerte de encontrar un solar deprimente, aún preñado de melancolía en el antiguo Berlín de la RDA». Los responsables del antiguo Berlín del Este se mostraron abiertos a la propuesta.
Situación
Se ubica en una zona de canales de Berlín, Alemania, a orillas del río Spree, en un predio que parece flotar buscando reflejos para semejarse lo más posible a las aguas y canales de un paisaje típico de los Países Bajos.
El partido tomado para el edificio presenta una contradicción de acuerdo a las restricciones de la zona. El código de construcción de la ciudad exige la tipología de edificio entre medianeras. El arquitecto cumplió los requerimientos llenando el perímetro de la manzana con una placa y a su vez lo desobedeció despegando el volumen principal a través de un pasaje.
Las visuales desde el edificio fueron parte importante en el diseño. En el recorrido, el visitante se enfrenta a una selección de paisajes urbanos. El más simbólico es el de la torre de la televisión alemana Fernsehsturm, en Alexanderplatz, una señal de identidad en la ciudad. Esa vista fue asentada en el catastro de Berlín, con lo cual, nunca ninguna construcción podrá interrumpirla erigiéndose entre la embajada y la torre.
Concepto
El diseño del edificio fue condicionado por el modesto tamaño del solar y el extenso programa exigido por el cliente. Esto se convirtió en un reto para el método experimental con que trabaja Koolhaas y OMA. Para resolverlo, el diseño se basó en la creación de espacios por superposición de funciones, el potencial de uso múltiple de áreas específicas y la instalación de tecnología.
La embajada debía ser un edificio autosuficiente y cerrado a su entorno para afianzar la seguridad del edificio. El partido escogido respondiendo esta premisa fue un cubo autónomo de 27 metros de lado ubicado en la esquina sureste del solar sobre un podio que completa el bloque.
Sobre este espacio, una circulación espiralada continua abarca las ocho plantas de la embajada y da forma a la comunicación interna del edificio remitiendo a la del Museo Guggenheim de Nueva York. La circulación lleva al visitante a relacionarse con el contexto: el río Spree, la famosa torre de televisión Fernsehturm, el parque y los muros de la embajada.
De noche, el edificio se deja leer por fuera como una radiografía a contraluz, con su recorrido interior iluminado. En cambio de día, las fachadas de vidrio con nervaduras de aluminio acentúan el filo de la proa, que mira al agua del canal.
Espacios
El programa total es de 8.500m2, distribuidos de la siguiente manera: 4.800m2 para oficinas, 1.500m2 para viviendas y 2.200m2 para parking.
El edificio está formado por un cubo traslúcido y una placa en forma de L que lo rodea en dos de sus lados. La placa ultra chata, en la que se ubican los departamentos para empleados, está separada unos 10 metros de la estructura cúbica y se une a ésta por cuatro puentes aéreos.
Este edificio no tiene una fachada principal, sino que ambas caras contienen una entrada: la de la calle Rolandufer para vehículos motorizados y la de Kloterstrasse para peatones.
Pasada la entrada peatonal en el nivel calle, una inmensa puerta corrediza separa el espacio del Foyer y del patio central. Esta zona conocida como Prins Clauszaall Hall es un espacio de usos múltiples que se puede separar en varias partes para albergar diferentes eventos. El patio se ubica exactamente en el vacío entre el cubo y la estructura en forma de L que hace de medianera con el edificio contiguo y de pantalla protectora para la fachada de la calle Straulerstrasse.
Otro elemento de esta composición que remite a la segunda modernidad holandesa es el conocido como skybox. Se trata de una pequeña terraza en forma de cubo que simplemente emerge de la fachada del cubo principal. En este espacio a cielo abierto, se ubica un comedor usado regularmente por el embajador para comidas importantes de negocios.
Finalmente el objeto más importante de este conjunto, es la rampa de recorrido interno del cubo, que se encuentra completamente separada de la estructura de fachada. Todas las secciones internas del cubo se organizan siguiendo el trayecto de la rampa que intenta prolongar el espacio público. La circulación en espiral, llamada Das Trajekt, penetra la caja y transita por los ocho pisos, de arriba abajo, definiendo la comunicación interna, la cual combina tramos escalonados con rampas. La trayectoria funciona como un conducto principal de ventilación, que arroja aire fresco a las oficinas.
El paseo llega a todas la secciones de la embajada y permite disfrutar el paisaje de la ciudad. Desde la entrada, pasa por la biblioteca, las salas de reunión, el auditorio, el gimnasio y el restaurante, hasta llegar a la terraza. En una de las vueltas, al final de su circulación interna una ventana abierta sirve de marco a la torre Fernsehsturm.
Estructura y materiales
Los ingenieros estructurales diseñaron los elementos de transición para el soporte y transferencia de las cargas de refuerzo, dando lugar a un sistema estructural extremadamente complejo que se asemeja a un volumen de cartas apiladas.
La particular estructura del edificio, fachadas creadas con montantes verticales de aluminio estructurados de forma uniforme y paredes que ejercen de estructura portante en el interior, dan lugar a dramáticos espacios en las áreas públicas dentro del edificio. El laberinto de paredes de intersección se ha utilizado de manera creativa para reforzar aún más el edificio. El marco estructural está hecho de acero y hormigón armado. Dada la complejidad, el edificio representa un excepcional desafío arquitectónico y estructural.
El único elemento estructural que recorre toda la altura de la embajada es el núcleo de ascensores, ya que las vigas tangentes en las paredes de los espacios de circulación y sobre las que recaen las cargas no alcanzan toda la altura. En su interior la circulación fue prevista mediante un “sendero” de 200mts en zig-zag a través de sus 8 plantas, determinando la disposición de los espacios.
Una planta irregular, conjuntamente con paredes de hormigón armado y gruesos variables, aseguran que los espacios de la embajada sean distintos entre sí, a pesar de la impresión de transparencia vertical.