Casa Batlló
Introducción
La actual Casa Batlló, es el resultado de la reforma total de una antigua casa convencional construida en el año 1.877 por Emilio Sala Cortés. Gaudí recibió el encargo para la renovación total del inmueble del propietario Josep Batlló i Casanovas (industrial textil). Sobre esta base, Gaudí construyó esta sorprendente casa, una de las más fantasiosas y especiales de Barcelona.
El proyecto de Antoni Gaudí i Cornet en el año 1904, fue fuertemente cuestionado por las autoridades municipales de la época, debido a una serie de elementos en el diseño de Gaudí que superaban ampliamente los límites de las ordenanzas municipales. Lo que en principio era una simple reforma de un edificio ya construido, dio la oportunidad a Gaudí para crear una de sus más poéticas y decorativas obras.
Cronología
- 1877 – El arquitecto Emilio Sala Cortés, uno de los maestros de Gaudí en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, construye el primer inmueble.
- 1904 – La casa es adquirida por Josep Batlló y Casanovas quien encarga a Antoni Gaudí su rehabilitación. Originalmente se había pensado en su derribo y levantar una nueva residencia pero finalmente se decidió realizar una reforma integral.
- 1954 – Durante la guerra civil española la casa sufrió serios daños y en la década de los 50 dejó de pertenecer a la familia Batlló.
- 1993 – En esta fecha fue adquirida por los propietarios de la compañía Chupa Chup quienes han realizados numerosas restauraciones, tanto a nivel ornamental como estructural. A partir de 1995 se alquilan sus salones para actos y convenciones y en 2002 abre sus puertas al público convirtiéndose en uno de los iconos de la arquitectura catalana y de la ciudad de Barcelona.
- 2005 – La Casa Batlló ha sido catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005.
Situación
La casa se encuentra ubicada en el número 43 del Paseo de Gràcia de Barcelona, Catalunya, España, en la isla de casas que se conoce como la «manzana de la discordia» por tener edificios de diferentes estilos arquitectónicos.
Con la aprobación del Plan Cerdá en 1860 el Paseo de Gracia, que anteriormente era la carretera que comunicaba Ciutat Bella con la Villa de Gracia, se perfila como eje principal del nuevo plan urbanístico del Ensanche y lugar escogido por las familias destacadas de la alta sociedad para construir sus residencias. Entrado el siglo XXI la acera sur de esta avenida, entre las calles Consell de Cent y Aragó se ha erigido como una muestra de los proyectos realizados a principios del siglo XX por destacados arquitectos, entre ellos la Casa Amatller de Puig i Cadafalch, la Casa Lleó Morera de Lluís Domènech i Montaner, la Casa Mulleras de Enrique Sagnier, la Casa Bonet de Marcel·lià Coquillat y la Casa Batlló de Gaudí.
Concepto
Las formas orgánicas que Gaudí utilizó en la restauración de la Casa Batlló reúnen todo un universo simbólico de inspiración marina que transporta a quien la observa a un mundo onírico de paisajes encantados y fantásticos.
No deja de llamar la atención, como sucede con la mayoría de los proyectos del arquitecto catalán, la utilización de elementos arquitectónicos precursores de las vanguardias de finales del siglo XX, tanto en los conceptos como en la metodología utilizada, consiguiendo una gran funcionalidad en sus espacios, sin perder ni un ápice de su valor artístico. La Casa Batlló es una obra maestra de forma, color y luz en la que con su idea moderna de la ventilación Gaudí se anticipa a la tesis del racionalismo, que vendrá 30 años después.
Los cambios realizados por Gaudí en el antiguo edificio, fueron radicales y lo modificaron completamente. De hecho, es un edifico nuevo. El piso principal tenía que ser la vivienda del señor Batlló y su familia, y las otras cuatro plantas se dividirían en dos pisos cada una para alquilar.
Gaudí llevó a cabo una reforma integral. En la fachada añadió una tribuna, nuevos balcones y cerámicas policromadas. En el interior, reorganizó los espacios, unificando la escalera y el patio ya existentes para conseguir más iluminación y ventilación. Completó su intervención añadiendo dos plantas, que remató mediante un espectacular coronamiento cerámico.
La Casa Batlló, al igual que la Cripta de la Colonia Güell, el Parque Güell, La Pedrera, la Casa Calvet y la restauración de la Catedral de Palma de Mallorca, pertenece a la etapa naturalista, periodo en que el arquitecto perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo que puso en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada.
Descripción
Fachadas
Fachada principal
La ondulada fachada cubierta con mosaicos de espléndidos colores es probablemente la más sugestiva, creativa y original de la ciudad. La entrada principal se ubica a la izquierda del edificio y a la derecha el acceso a las cocheras.
Los balcones parecen fragmentos de cráneos con las aberturas de los ojos y la nariz. Las losas de los balcones se cambiaron por unas de planta curvada y encima se colocaron las famosas barandillas que tantas interpretaciones han originado. Todos los balcones, a excepción del que está en el desván o uno doble por debajo de la torre con la cruz, tienen el mismo tamaño.
Las columnas de la tribuna del primer piso recuerdan huesos humanos. Esta tribuna incorporada en la planta noble del edificio, y que vuela unos metros sobre la acera, dispone de grandes ventanales ovalados en cuyo centro aparecen las columnas de piedra con forma de huesos y las “máscaras” en los balcones, figura que se repite en las siguientes plantas. Las grandes ventanas ovaladas vuelven aparecen nuevamente en los extremos de la planta que está por encima de la planta noble y que forman parte de la tribuna.
El revestimiento de la fachada, detalle ornamental que conjuntamente con los “antifaces” de sus 7 balcones, el balcón terraza y el del desván con forma de flor y que dan el aspecto onírico al edificio, fue realizado con “trencadís de vidrio” (vidrio triturado) y cerámicos de colores colocados sobre un mortero de cal y sobre ellos se esparcieron 330 discos cerámicos con colores y tamaños diferentes 15, 21, 27 y 35 cm. Sobre la tribuna de la planta noble aparecen 4 terrazas con balaustras de piedra.
El balcón del desván tiene forma de flor. Es en esta parte alta del edificio donde aparecen algunos elementos que rompen la simetría de la fachada, en primer lugar el rebaje en el techo de cerámicos, la terraza y el torreón rematado con una cruz en tonos marfil y también revestido con trozos de cristal y con los monogramas de Jesús, María y José.
Fachada interior
La fachada posterior del edificio da al patio interior de manzana y sólo la vivienda de los señores Batlló disfruta del patio característico de este tipo de construcción. Las otras plantas tienen balcones que miran hacia dicho patio.
Esta fachada, al igual que la frontal, presentas formas orgánicas onduladas y está recubierta con vidrio triturado de colores y cerámicos.
Los balcones de las plantas superiores tienen barandillas metálicas y los ventanales, con marcos de madera están formados por combinaciones de formas rectangulares.
En el remate del desván aparece nuevamente una artística combinación de cerámicos de color que forman motivos geométricos y florales.
Tejado
El tejado que corona la residencia es uno de los más característicos de Gaudí para edificios urbanos, culminado con una forma ondulada que recuerda la espalda arqueada de un dragón; está recubierto de tejas cerámicas que parecen escamas.
Este original tejado acoge en su interior un gran desván en la línea del de Bellesguard. Todos estos desvanes están construidos con ladrillo visto, dispuesto en forma de arcos con una gran fuerza de sustentación.
En un lateral del tejado se ubica una torre con la cruz de cuatro brazos típica de Gaudí, señalando los cuatro puntos cardinales.
Interior
El interior es también muy imaginativo y presenta unos elementos decorativos muy variados como mobiliario, vidrieras decoradas, elementos de hierro forjado, hogares, etc.
Gaudí dedicó una particular atención al primer piso, la planta noble que ocuparía la familia Batlló, con una especial disposición de los techos, una decoración con formas auténticamente originales y unas piezas de diseño muy cuidado.
Espacios
La restauración realizada por Gaudí agregó una quinta planta a la residencia, que en su momento fue destinada al personal de servicio, amplió los sótanos donde se ubicaron los trasteros y las carboneras, la planta baja se dedicó a cocheras a ras de calle, reestructuró la planta noble, amplió el patio de luces central, rehízo las fachadas tanto posterior como principal y construyó un nuevo techo.
La obra, que con una superficie de 4300m2, 32m de altura y 14.5m de ancho, consta de sótano, planta baja, principal con patio, cuatro plantas enteras, desván y azotea, acceso privado a la planta noble o principal y una escalera de vecinos que discurre por un patio de luces ensanchado, al igual que el ascensor.
Acceso
El acceso al vestíbulo del inmueble, que se realiza por la puerta ubicada a la izquierda de la fachada, muestra dos recorridos, uno directo a la vivienda principal y otro hacia la escalera que rodeando el hueco de ascensor continúa hacia las plantas superiores, atravesando el patio de luces y dando acceso a los otros apartamentos realizados para alquilar, dos por planta, y a los desvanes destinados a servicios. El ascensor está rodeado por las escaleras, en el centro de un patio interior iluminado por la luz que entra a través de la claraboya de cristal.
Cocheras
Desde Paseo de Gracia se accede directamente a las cocheras que se encuentran a nivel de calle y que una vez dentro descienden ocupando una parte subterránea del patio de la planta noble. Desde las cocheras, que posteriormente fueron utilizadas como almacén, se accedía a las carboneras y trasteros del sótano.
Planta noble
La planta noble, vivienda de la familia Batlló, fue la principal del edificio con más de 700m2 de superficie y un gran patio en la parte posterior. Su acceso se realiza a través de un imponente vestíbulo que evoca las grutas marinas del Capitán Nemo, paredes onduladas y una espectacular escalera con pasamanos de madera tallada a mano que representa el espinazo de un gran animal. El rellano está iluminado por dos ventanas colocadas en el techo y tiene una gran chimenea de cerámica empotrada en la pared.
Sobre el Paseo de Gracia se ubica el despacho del señor Batlló y a continuación el gran salón con vistas a Pº de Gracia a través de cuyas características cristaleras penetra la luz. Este gran salón está dividido en tres espacios mediante grandes puertas de roble y vidrios de colores que continúan con las formas sinuosas de toda la residencia y que si se abren permiten crear un imponente espacio único. Las ventanas, con marcos de madera, se suben y se bajan mediante contrapesos, con la particularidad de que no hay jambas ni montantes, de manera por lo que es posible levantar todas las cristaleras y tener una abertura corrida, panorámica, por todo lo ancho del salón. El comedor principal se ubica en la parte posterior de la planta, con vista al patio ajardinado del centro de la manzana.
Los techos de la vivienda continúan con las formas orgánicas onduladas que evocan el movimiento del mar, incluyendo un llamativo remolino realizado con esparto.
Patio de luces
Uno de los puntos clave en la restauración realizada en la Casa Batlló corresponde al ensanchamiento del patio de luces en cuyo centro se colocó el ascensor cuya cabina de madera ha seguido funcionando a través de los años. Cubierto con una gran claraboya central cuyas ventanas son más pequeñas en la parte más alta, donde penetra más luz, se agrandan a medida que se desciende.
Todo el patio está recubierto con cerámicos con relieve en tonos azules, más intensos en la parte superior y más claros en la parte inferior, logrando así una distribución uniforme de la luz.
Desván y terraza
El tejado abuhardillado que corona el edificio oculta uno de los espacios pensados para ofrecer, además de una exquisita estética, una gran funcionalidad. Su doble techo ayuda a contrarrestar las diferencias térmicas y tras él se ubicaron las zonas de servicio para los inquilinos, lavaderos y trasteros.
Una escalera helicoidal comunica con la terraza de 300m2 en la que destacan cuatro conjuntos de chimeneas, 27 en total, con formas sinuosas, estilizadas y policromáticas, que además fueron detalladamente diseñadas para que el aire que expelen no vuelva hacia dentro. Desde la terraza se aprecian unas excelentes vistas de Barcelona.
Estructura
Los espacios conseguidos en el desván del edificio llaman la atención por la sencillez de sus formas, sus espacios diáfanos y su versátil funcionalidad. En el destacan una sucesión de 60 arcos catenarios de ladrillo catalán que forman una estructura que evoca el lomo de un animal y sirve para sostener el techo, que en el exterior fue cubierto con escamas de cerámica, tal vez el Dragón de San Jordi, patrono de Barcelona. Desde la sala principal del desván se aprecia la estructura de costillas y esternón que crean los arcos parabólicos que sirven de soporte a la terraza.
La escalera que comunica este espacio con la terraza es una robusta escalera helicoidal de hierro. Gaudí supo aprovechar el hierro forjado no sólo como característica estética y ornamental, sino también como refuerzo estructural.
Además de la parte ornamental, en esta casa Gaudí trabaja algunos conceptos que permiten su eficiencia climática, como en el patio de luces cuyas ventanas poseen un mecanismo inferior de madera con un sistema giratorio que permite que se abran para mantener la ventilación.
Materiales
Para la fachada, Gaudí utilizó elementos constructivos típicamente modernistas como cerámica, vidrio, piedra y hierro forjado, con un extraordinario resultado.
El prodigio ornamental, tanto exterior como interior, Gaudí lo consiguió trabajando con los mejores artesanos de todos los gremios, trabajadores del metal Germans Badia, los carpinteros Casas i Bardés, el ceramista Sebastià Ribó y los Tallers Pelegrí realizadores de las vidrieras (segun Permanyer).
- Trencadís – La fachada ondulada fue realizada picando el muro ya existente y revocándolo con mortero de cal hasta formar el efecto de olas que luego sería recubierto con vidrio triturado, “trencadís” en catalán, y cerámica de múltiples colores de los Talleres Pelegrí. Completó el revestimiento con 330 discos cerámicos de 4 tamaños diferentes, 15, 21, 27 y 35 cm, realizados manualmente en Mallorca y coloreados con óxidos naturales. Gaudí recubre las superficies curvas con baldosas troceadas, como hacían los bizantinos.
- Hierro – Las máscaras que componen las barandillas de los balcones son de hierro colado, una sola pieza pintada con carbonato de plomo para evitar la oxidación, de ahí su color amarfilado. Estas barandillas están fijadas a la base del balcón realizada en piedra con forma de concha mariana mediante dos puntos de anclaje. La gran claraboya central consta de grandes elementos de hierro y cristales.
- Piedra – Gaudí recurre a la piedra arenisca procedente del Montjuic para realizar algunos elementos ornamentales como se aprecia en algunas columnas, así como a maderas nobles para sinuosos trabajos en puertas tridimensionales con prominentes relieves y algunos pasamanos.
- Cerámicos – Vidrieras de colores, cerámicos en vivos colores, 600 tejas para el techo, vidrio y hierro forjado forman parte del sorprendente y fantástico mundo que el arquitecto catalán supo crear para la familia Batlló y para todos sus seguidores.
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