Casa de campo Khuner
Introducción
A finales del siglo XIX la burguesía europea incitada por una relativa prosperidad y por una nueva movilidad puso de moda pasar el tiempo libre o períodos vacacionales en el campo, escapando del bullicio de las grandes metrópolis como Londres, Berlín, París o Viena. Se construyeron grandes y lujosos hoteles en los Alpes, en Suiza y Austria, los cuales eran denominados cariñosamente “House”(hogar) por los suizos y también residencias particulares en zonas rurales, las que los países de habla germana denominaron “Sommerfrische” (respiro de verano).
Adolf Loos era consciente de este fenómeno a través de sus viajes y ya en 1913 diseñó un hotel en Semmering, región pre-alpina de Baja Austria, al sur de Viena. En 1928, el arquitecto diseñó conjuntamente con su colaborador Heinrich Kulka una casa de campo para el fabricante de productos alimenticios Paul Kuhner en una zona cercana a Peyerbach, junto a Semmering.
La Casa de campo Khuner forma parte de su grupo de obras tardías, junto con la Villa Moller de Viena (1927-1928) y Villa Müller de Praga (1928-1930). Todas ellas tienen en común la aplicación del concepto Raumplan que ubica las estancias en diferentes niveles y les da variadas proporciones según el uso que se les vaya a dar.
Reconversión en hotel
Khuner murió dos años después de que la casa fuera terminada, y su viuda emigró a América en 1938. La casa fue vendida en 1959 a una familia que la convirtió en restaurante y hotel.
La conversión de la casa de campo en un hotel ha requerido algunos cambios, tales como cuartos de baño extra, pero los detalles de la casa, y de hecho de las habitaciones de los miembros de la familia han sido cuidadosamente preservados.
Situación
La casa está aproximadamente a una hora y media en coche hacia el sudoeste de Viena, en Kreuzberg 60, A-2650 Payerbach, en el área de Semmering de los bajos Alpes, Austria.
Construcción
Exterior
En la casa de campo Khuner, Loos reinterpreta la arquitectura popular tanto en la elección de los materiales como en el tratamiento estructural, pese a ello, estéticamente sólo el exterior de la casa corresponde en apariencia a un estilo alpino tradicional ya que esconde un interior con habitaciones a diferentes alturas, característica del concepto Rauplan del arquitecto. Loos explora las posibilidades de la construcción artesanal basándose en potenciar los materiales e introduciendo innovaciones técnicas en el patrón de la construcción rural, como la apertura de grandes ventanales en el piso inferior, el fuerte alero de la cubierta o el material utilizado en el tejado.
Las ventanas demuestran por su situación y proporción que fue una casa proyectada desde dentro hacia fuera. Esta casa es un claro ejemplo de la “construcción sobre el paisaje”. Aunque está rodeada de bosque y vegetación, su cuidado jardín fue diseñado por Grete Salzer.
Interior
En un terreno que se eleva 900 metros sobre el nivel del mar y sobre una base maciza de mampostería se levantan dos plantas realizadas en madera y un desván construido debajo del tejado de dos vertientes con cubierta de correas, con alero y pendiente suave, revestida con planchas de cinc. En este desván finaliza la escalera y también tiene una ducha.
Sobre el desván y a modo de cuarta planta, se encuentra una pequeña terraza, plana e independiente, con una amplia vista de los alrededores. El techo con vigas de madera en este edificio tiene una función realmente portante.
Loos utiliza grandes ventanales de guillotina, para crear la ilusión de que no existía barrera entre interior y exterior, contrariamente a su actitud en los proyectos desarrollados en la ciudad.
Espacios
Núcleo espacial
La casa se organiza alrededor de un salón central de doble altura al estilo inglés: 12 metros de hondo por 6,50 de ancho y 4,50 de alto en el que se ubica una chimenea estilo rústico y un comedor en un ala lateral. La sala está coronada por una galería superior en tres de sus lados. Esta galería se halla a una altura de 2.30 metros desde el suelo de la sala lo que deja sólo 2,10 metros de altura en la misma. En el cuarto lado, libre de la galería, una ventana orientada al norte ocupa casi toda la pared, una pared de cristal que se convierte en una “ventana cuadro” que ofrece unas espectaculares vistas de los prados alpinos.
Una ventana de doble altura en otro de sus lados deja entrar el paisaje y la luz natural. La parte inferior de esta ventana se podía abrir totalmente y subir como las ventanas de guillotina dando la impresión de que no existía ninguna barrera entre el interior y el exterior. La terraza a la que se accede, se encuentra tres escalones por debajo del nivel de la sala por lo cual no interfiere la vista.
Habitaciones
Algunas de las habitaciones, como el dormitorio de huéspedes, el estudio del propietario y la cocina están dispuestas en forma de U alrededor de la sala y unos escalones por debajo de ésta, o sea con una altura normal de 2,60 metros.
Los ambientes se adaptan a cada uno de los miembros de la familia, con un gran número de habitaciones destinadas a huéspedes. En la planta alta las numerosas habitaciones se comunican mediante un pasillo.
Materiales
La base de la casa se construyó con mampostería tosca, característica de la región, y las plantas superiores se levantaron con troncos de madera para construcción. El tejado a dos aguas fue cubierto con chapas de cinc.
Los encofrados de la galería que rodea la sala se cubrieron con madera de roble espejada y las varillas de los pasamanos originalmente estuvieron pintadas de color rojo. En las habitaciones los encofrados fueron pintados de diversos colores.
El nicho donde se ubica la chimenea está rodeado por una pared de piedra y Loos diseñó dos sillones fijos laterales, similares a los realizados en el gabinete de la Villa Müller o la rinconera de la Villa Moller.