Arquitecto
Año de Construcción
2003
Ubicación
Pamplona, España

Introducción

El Archivo Real y General de Navarra es uno de los edificios históricos más antiguos y emblemáticos de Navarra.

La historia de este palacio se remonta al siglo XII, cuando el rey Sancho VI el Sabio, ordenó su construcción. El edificio fue protagonista de sucesivos litigios por su propiedad entre el obispado y la corona, cambiando de mano con frecuencia. Primero fue residencia de reyes, a partir de 1539 de virreyes y, después de 1841, aloja a capitanes, generales y gobernadores militares, de ahí sus diversas denominaciones: Palacio de los Reyes, del Virrey o de Capitanía.

Tras el abandono en que se encontraba el Palacio, la Dirección General de Cultura del Gobierno de Navarra impulsó el proyecto de rehabilitación y restauración. La obra fue realizada por el arquitecto local Rafael Moneo y fue inaugurado como depósito documental en 2003 por los Reyes de España.

La transformación del edificio refleja el compromiso del Gobierno de Navarra con la memoria del pasado, procurando que el Antiguo Palacio vuelva a ser útil, al recuperar su prestancia y proteger, literalmente, la historia. El Nuevo Palacio que surge de esta intervención pretende mantener viva en la ciudad de Pamplona la imagen del que fue en otros tiempos el Palacio de los Reyes, dando cobijo al pasado del Viejo Reino plasmado en los documentos que alberga. En el Archivo se encuentran los denominados documentos del Reino, a los que posteriormente se fueron añadiendo los fondos de otras instituciones. Allí se conserva toda la documentación procedente de las antiguas Cortes de Navarra y su Diputación, desde finales del siglo XV hasta 1836.

Las secciones institucionales del Archivo son: Sección del Reino, Comptos, Tribunales Reales, Virreinato, Clero, Beneficencia, Gobierno Civil, Audiencia Territorial, Protocolos, Contaduría de Hipotecas, Delegación de Hacienda, Archivos Municipales, Archivos Particulares, códices y cartularios, cartografías, iconografía, fototeca y fondo bibliográfico.

Situación

El Archivo Real y General de Navarra se sitúa en el casco histórico de Pamplona, España, en la zona de la Cuenca de Pamplona y en pleno corazón de las murallas.

El edificio aparece en lo alto de la vieja meseta fundacional de Pamplona configurando el característico perfil de la ciudad.

Se ubica sobre la calle Dos de Mayo, a escasos metros del Museo de Navarra y el Convento de las Adoratrices. Frente, se encuentra la pintoresca basílica de San Fermín de Aldapa (siglo XVII).

Concepto

Debido a las condiciones de abandono en las que se encontraba el palacio, fue imposible pensar en una restauración que llevase a recuperar su imagen original que, por otra parte, era desconocida. La idea entonces fue dar al edificio una condición unitaria entre lo existente y lo nuevo, recuperando la idea de recinto que había perdido el edificio en ruinas, y de archivo como lugar a resguardo.

Se llego así a completar el patio existente haciendo que la construcción nueva recoja los archivos y complete el palacio. Los restos del palacio fueron envueltos con mampostería. Las nuevas construcciones, el archivo propiamente dicho, se realizaron en hormigón recubierto por una fachada ventilada utilizando la misma piedra.

Resulta de esta fusión un edificio que, si bien no se identifica enteramente con el edificio gótico original, no puede considerarse ajeno a él ni extraño en Pamplona. Lo viejo aparece por un lado, enfundado en una nueva mampostería donde lo gótico se advierte, y lo nuevo por otro, fácil de identificar por su tratamiento tectónico. Sin embargo, tanto en lo conceptual como en lo sensorial, se pude reconocer la fusión.

Entre la idea motriz única y los elementos que se incorporaron para resolver las particularidades del proyecto, se establece un diálogo. Si bien la obra se puede describir de una manera muy sintética, la simplicidad no prevalece. Es la complejidad de las situaciones y el resultado de integrar múltiples episodios autónomos y distintos lo que da al edificio valor. Lo que caracteriza a este edificio es la complejidad que tiene la arquitectura cuando se engrana en la dimensión de lo urbano.

Espacios

El programa de necesidades incluye dos áreas de uso: uno de archivo y otro de servicios. La ubicación de los usos en el edificio está bien diferenciada. Las actividades académico-administrativas se instalaron en el palacio existente reconfigurando las fábricas góticas. Los archivos, en cambio, se ubicaron en el nuevo sector del edificio que refleja el modo de construir contemporáneo.

El edificio, de tres plantas, se encuentra adosado a una torre de once pisos, la mayoría bajo tierra, destinada a depósito de documentos, de Navarra. Del antiguo palacio solo queda en pie las crujías norte y poniente. El resto fue reconstruido. La crujía norte contiene la sala abovedada, que se conserva en buen estado.

La circulación gira en torno al claustro. El ingreso se produce por el muro sur, en la misma ubicación que en el viejo palacio. De allí se accede al claustro que sirve a las dos alas del palacio, de poniente y norte. En la nave a poniente se ubica el salón de actos; en el ala norte, la sala de la lectura; en el ángulo noroeste aparece la escalera que lleva a las plantas altas, desde donde también se accede, a través de un pequeño recinto definido por los muros de la torre, a la sala de lectura. En el ala norte, a través de una escalera se accede a los niveles más bajos en los que se encuentra la sala abovedada, el complejo de las cámaras/archivo y el laboratorio de restauración. En las plantas altas, en el ala oeste se ubica una biblioteca para uso de los investigadores en residencia. Tanto el ala norte como el ala sur albergan despachos y salas de reuniones.

El circuito del claustro se cierra incorporando el corredor de la nueva fábrica.

En la tercera planta se instala una nueva sala de lectura como complemento de la que se encuentra en planta baja. Esta planta conecta con la inferior a través de un vacío en la biblioteca y, naturalmente, se extiende en la torre de almacenaje, que cuenta con tres plantas más.

A la planta sótano, se llega mediante la escalera que arrancaba de la planta baja, que lleva a un vestíbulo desde el que se accede al espacio abovedado que se utiliza como sala de exposiciones temporales. A dicha planta se llega también desde un sistema independiente de escaleras y en ella aparecen las cámaras-archivo. La torre de almacenaje desciende un nivel más.

La cripta constituye la pieza gótica de mayor valor por conservarse en impecable estado. Está formada por seis bóvedas nervadas de crucería. La luz ingresa a través de seis ventanas saeteras. En este espacio se ofrece al público muestras temporales.

En el diseño de las salas destinadas al almacenaje y conservación de los documentos se utilizó un módulo medio, de 20 x 8 metros, para evitar la masificación de los archivos. Para la disposición del almacenaje, se implementó un sistema manejable y cómodo, de estanterías móviles compactas.

La construcción se completa con la torre de almacenaje, de estructura formal en torno a un patio casi cuadrado, vacío que da gran unidad al espacio. En la torre se ubican las cámaras-archivo y la comunicación vertical con el claustro. Una rampa interior muestra una flexibilidad extrema, facilitando el movimiento y la conexión entre las distintas cámaras-archivo, y comunicando la torre con el ala norte y el ala sur. La rampa lleva a entender el archivo como algo infinito, continuo y recurrente, que puede extenderse en el tiempo, sin límites, donde el principio y el fin son aleatorios. Esto lo diferencia del concepto tradicional de archivo acotado y estructurado linealmente.

El acceso vehicular se realiza a través de una ligera rampa generada en el callejón formado entre el nuevo edificio del Archivo y el Convento de las Adoratrices. El estacionamiento, iluminado cenitalmente, se ubica en una planta intermedia entre la baja y la primera. Desde allí se puede acceder a la torre del archivo y a los servicios de laboratorio y conservación.

Un patio rehundido ilumina la galería abovedada.

El claustro está cerrado por una cubierta de cristal. Además, se le dio un tratamiento como espacio jardín.

Los distintos elementos distinguen lo viejo de lo nuevo. Al faltar una imagen clara del edificio gótico, ciertos elementos como el piñón de la fachada sur se transformó en algo distinto al elemento original. Aún así se puede reconocer su matriz gótica. Otros elementos añadidos con la nueva construcción como la ventana continua horizontal sobre la puerta de entrada, se puede reconocer como arquitectura moderna. Sin embargo, las diferencias entre todos estos elementos desaparecen en relación a la idea del edificio como un todo, a su imagen global.

Materiales

Si bien el uso de los materiales refleja las diferencias entre las fábricas ya existentes y las nuevas, también le dan al edificio una lectura unitaria, como un todo.

Ante la imposibilidad de reparar las fábricas destrozadas, se optó por recubrir sus muros con una nueva mampostería de piedra, próxima a las originales. Resulta de este tratamiento un volumen que mantiene íntegramente la forma de las construcciones medievales, creando un gran contraste con las nuevas construcciones de hormigón armado con aplacado en piedra.

El acristalamiento del claustro se realizó con un muro cortina con estructura de acero inoxidable, dejando las pilastras intactas.

Planos

Fotos